Cuando lo que se busca es someter a un coche a las condiciones climáticas de frío más extremas, pocos sitios hay más adecuados que el norte de Suecia. Temperaturas por debajo de los 20 grados bajo cero, nieve y hielo a tutiplén: estas son las virtudes de Laponia que han convencido a los ingenieros de Audi para crear allí su circuito de pruebas secreto.
Bautizado con el nombre en clave de KALT 1 para guardar la confidencialidad de su ubicación exacta, el trazado ocupa más de 3.600 hectáreas y alberga diversos tramos invernales de carreteras nevadas y heladas que suman 83 kilómetros de longitud.
Allí trabajan especialistas como Raphael Kis, ingeniero de calibración de la marca de los cuatro aros que es responsable de afinar las características de los nuevos modelos para asegurar que el cliente final podrá disfrutar en cualquier circunstancia del comportamiento que se espera de un Audi.
Pruebas sobre hielo
No es este un proceso rápido. Calibrar un nuevo Audi lleva más de un año de trabajo de todo el equipo de pruebas en carreteras y puertos de montaña.
Primero, Kis y sus compañeros de trabajo establecen una línea de referencia sobre asfalto seco. A partir de ella ajustan la configuración inicial.
A continuación se realizan las pruebas de conducción. Los coches, decorados con motivos de camuflaje para mantener el secretismo hasta el momento de su presentación pública, llevan a cabo sus recorridos primero sobre carretera mojada y más adelante, a medida que avanza el invierno escandinavo, sobre el hielo y la nieve.
La meca de las pruebas de validación de Audi en Suecia incluye un lago helado sobre el que transcurre un recorrido de test de unos tres kilómetros de longitud. La seguridad de los pilotos de pruebas está garantizada en todo el momento, porque al principio de la temporada los técnicos comprueban el grosor del hielo, que tiene que ser de al menos 25 a 30 centímetros para que un coche pueda circular por él sin peligro.
Si el hielo es demasiado fino, los aerodeslizadores empujan la nieve de la superficie una y otra vez para acelerar el proceso de generación de la capa superficial de hielo en el agua del lago. En caso de dejar que la naturaleza siguiera su curso, la nieve ejercería su efecto aislante y el grosor de la capa de hielo aumentaría de una forma más lenta. De esta manera, Audi consigue una capa de hielo de hasta 90 centímetros de espesor.
Hasta el más mínimo detalle
Todos los datos se recogen digitalmente, y los ingenieros realizan los ajustes de cada parámetro a través de un ordenador portátil. «El ABS, el ASC y el control de la dinámica de conducción deben estar a la altura del ADN de Audi«, explica Kis.
El grupo automovilístico alemán establece unos baremos muy altos para los requisitos de comportamiento dinámico que se autoexige en todos sus modelos. Un Audi debe ser fácil de controlar, incluso en situaciones límite. Tanto la tracción como todos los sistemas de control tienen que responder de forma eficaz ante cualquier condición de conducción que se presente. Incluso en las condiciones de invierno más radicales.